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Así fue la visita urbana "Tras la huella de la piel"


Elaboración propia, (2016). Flyer informativo entregado en la visita guiada.


Tras la huella de la piel se plantea como un recorrido urbano que parte del barrio de Curtidores, como un centro de interpretación Off Museum, en el que descubrir y tomar conciencia sobre las huellas más relevantes que nos evocan a la Industria Curtidora de Estella-Lizarra. Fue la segunda actividad realizada en el marco de la Semana de la Piel, y sin embargo era una actividad que evolucionaba de ensayos anteriores; concretamente de 9 visitas anteriores.

Elaboración propia, (2016). Mikel Ramos explica a los asistentes la relación entre la Iglesia del Santo Sepulcro y el Barrio de Curtidores de Estella-Lizarra.

De la mano de Mikel Ramos Aguirre, arqueólogo del Gabinete Navark, conocimos de cerca todos aquellos elementos que nos hablan del pasado industrial curtidor de la ciudad.


Navark, además de realizar visitas turísticas, son los promotores de la futura Hostería de Curtidores, albergue de peregrinos que se ubicará en la antigua Casa de la Moneda. Son empresa a la que les incumbe dar a conocer este patrimonio y además tienen los recursos para ello, así, forman parte del grupo motor del ProyectoPiel · AzalaProiektua.


El punto de encuentro fue la iglesia del Santo Sepulcro (1), parroquia de los curtidores, que además tiene en su fachada la imagen de San Bartolomé (2), patrón de los curtidores.


De ahí fuimos caminando en dirección a la Casa de la Moneda, pasando por las casas de los curtidores (3) que se hicieron en los años 40 para los trabajadores de la antigua fábrica de Curtidos Ruiz de Alda.


Dejando a un lado la Casa de la Moneda, llegamos hasta el crucero (4), este crucero está junto al arranque del antiguo puente del Maz, que era el antiguo acceso a la ciudad desde Pamplona.


Volviendo hacia la Casa de la Moneda, junto a la misma, se encuentra una pequeña central hidroeléctrica (5), que antiguamente debió ser un matadero, argumento que refuerza la idea de que la Casa de la Moneda fuera una curtiduría.


Llegamos a la casa de la Moneda (6) y en grupos (se encuentra en obras y es más seguro controlar el aforo) entramos al sótano y vimos de primera mano la distribución de la antigua

tenería así como las pilas y pocetas que se ha encontrado en su interior. Entre los hallazgos, también hay un horno de cerámica y un fragmento de muralla, que pudo formar parte de la puerta de acceso a la ciudad.

Azcona, E., (2016). Tras la huella de la piel. Uxua Domblás, coordinadora de ProyectoPiel · AzalaProiektua, explica a uno de los grupos de visitantes el entorno directo de la Casa de la Moneda.

Volviendo hacia el Santo Sepulcro, nos detenemos en el gran césped que hay junto al río. Exactamente ahí se encontraba la antigua Fábrica de Curtidos Ruiz de Alda (7), fábrica en la que además de curtir, hacían botas militares y tenían una guarnicionería propia. Esta fábrica, con la reordenación de los años 90, pasó a ubicarse en el Polígono Industrial San Miguel de Villatuerta.


Continuamos la calle de Curtidores hasta el Puente de la Cárcel. En él nos paramos y observamos, río arriba y río abajo, como aún existen casas que tienen sus talleres traseros (8) con bajadas al agua, donde hace algunas décadas encontraríamos por un lado a las lavanderas y más abajo a los curtidores, aprovechando la fuerza del río Ega, para lavar ropas y limpiar las pieles.


Siguiendo por la calle Ruiz de Alda, en una transversal nos encontramos con el callizo de Pelaires (9). Aquí apreciamos “el peso de las palabras” a las que hacía referencia Marc Augé en Los no lugares “Son los textos diseminados por los recorridos los que dicen el paisaje y explicitan sus secretas bellezas” (p.100). De modo que resulta difícil parar en esa esquina, y mientras deparamos a las explicaciones de Ramos, no imaginar a los pelaires vareando la lana calle abajo. También podemos continuar y meternos al rincón de Chapitela (10) y ver las traseras de la calle de la Rúa, donde actualmente sigue habiendo talleres que en su día fueron curtidurías.

Tomando la calle Mayor, incluso en la misma plaza de los Fueros, podemos ver a ambos lados de la misma como hay gremios y oficios derivados (11) de la industria curtidora como zapateros o imprentas.

Elaboración propia (2016). Tras la huella de la piel. Recorriendo las calles de Estella-Lizarra de la mano de Mikel Ramos.

Estaríamos en el final del recorrido cuando en la calle Calderería llegábamos a la Guarnicionería de Domblás (12), actual sede del ProyectoPiel · AzalaProiektua. En ella, además de

familiarizarnos con herramientas y elementos de la Guarnicionería, pudimos ver como Antonio Domblás (hijo), restauraba una antigua silla de montar.

Elaboración propia (2016). Tras la huella de la piel. Herramientas para el trabajo con cuero en la Guarnicionería de Domblás.

Como reflexión final de la actividad, cabe destacar el interés de la gente por las visitas interactivas en las que se puede ver, preguntar y tocar, además de ver de primera mano a un artesano trabajando en algo vinculado a la explicación. Por otro lado, el interés que ha despertado este concepto de museo abierto en un artista que próximamente va a instalarse en la ciudad y que ha planteado al área de Cultura del Ayuntamiento de Estella-Lizarra la posibilidad de realizar murales históricos, uno de ellos en el barrio de Curtidores, precisamente evocando a su paisaje industrial.


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